TEXTO NICOLÁS VISNEVETSKY
FOTOS STEFANIE WOLFF
Oscar Silvetti es un arquitecto diferente. Tiene un estilo al que él mismo define como “austero” y “controlado”. Cree fervientemente que la arquitectura por sí sola no resuelve nada y cuando no piensa con cabeza de arquitecto, pinta acuarelas y despunta conocimientos de orfebrería. Entiende que entre la obra y el artesano no hay obstáculos ni impedimentos y que por eso el arte es necesario. Adora viajar y se divierte diseñando y construyendo partes de un zoológico.
En 1968, cuando el Valle de Río Negro era una máquina productiva intensa cargada de progreso y futuro, un joven muchacho regresaba desde Buenos Aires con su título de arquitecto bajo el brazo a este territorio donde antepasados suyos ya habían hecho patria hacía rato.“Estudié arquitectura en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En los veranos de la década del ´60 había unos cursos preparatorios y eran excelentes. Yo iba desde Allen, mi pueblo natal, a esas nivelaciones donde te pasaban el plumero y te ponían enseguida a nivel universitario. Gente como Jorge Romero Brest nos daba clases los sábados a la mañana: Crítica Cinematográfica. La década del ´60 fue una época muy rica en Buenos Aires: estaba muy presente el Instituto Di Tella”, cuenta SilvettiSilvetti llegaba de una Buenos Aires bohemia y profundamente cultural, mientras el hombre se acercaba milimétricamente a la Luna, Martin Luther King luchaba por los derechos civiles de los negros y las minorías estadounidenses (y moría asesinado en Menphis) y el Mayo Francés explotaba en las retinas de todos los hombres y mujeres sensibles del mundo. “La gente que pasa por Buenos Aires o alguna ciudad importante, queda marcada para siempre.Si vos sos un boludo, podes ser un boludo en Manhattan o en Jacobacci, si tenés un mínimo de sensibilidad, de interés y avidez, vos armas tu carrera”, anota. Claro y directo.
¿Cuáles son los roles del arte y la culturaen arquitectura?– El arte y la cultura con la arquitectura son una sola cosa. La arquitectura como arte es el reflejo de la sociedad. Si sabes leer una ciudad, estás viendo como ha sido o es la sociedad.Las ciudades de La Pampa Húmeda, con su estilo arquitectónico, generalmente se han alimentado de Europa y entonces existe una arquitectura de muy buen nivel pero no necesariamente autentica, con una identidad propia. Lo que hizo nuestra oligarquía vacuna en Buenos Aires con sus palacetes parece que fuera una cosa insólita: son de una calidad excepcional pero desde el punto de vista estilístico no existen ni siquiera en Europa. O mejor dicho: son una copia de lo que hicieron algunos pocos reyes. Creo que hablando de cultura somos un poco esa mezcla. No creo que se pueda separar.”Silvetti explica que no le fue difícil estudiar en la UBA. Se acercó a su profesión gracias a la referencia de una hermana arquitecta y un tío ingeniero. Automáticamente asentado en el Valle, comenzó un periplo de mucho trabajo y sacrificio, logrando un reconocimiento con el tiempo y dejando obras valiosísimas en pie.
¿Qué diferencia existe entre la arquitecturade los años ´60 y la actual?– En los´ 60 o ´70 estábamos muy influidos por la arquitectura moderna. Había una negación a la historia, al ornamento, y se veía con mejor ojo lo funcional y lo despojado. El ornamento era mala palabra. Luego, con el Posmodernismo, “caímos del otro lado del burro”: creo que al final se logra un buen equilibrio en la arquitectura argentina. En el mundo se hacen alardes arquitectónicos porque muchos países se lo pueden permitir: los Guggenheim o cualquier estudio importante tienen su delirio arquitectónico propio. En Qatar o en Europa se lo pueden permitir. A veces uno dice que si estuviera en un determinado tipo de entorno o en el entorno apropiado haría cosas mejores. Yo no creo eso: no culpo a nadie por la arquitectura que hago. Soy yo el único responsable. Creo que la mejor época en cuanto a coherencia fue el Racionalismo, la arquitectura de los años ´20 y ´40.
¿Qué significa ser arquitecto en esta partedel mundo, en el Valle?– Yo nací acá. Mi bisabuelo llegó atrás de la Conquista del Desierto con los curas salesianos y me siento identificado con estos lugares. Trato de explotar los recursos de aquí. Tampoco se puede hacer arquitectura “High Tec” en estos lugares.En algún momento critiqué mucho los concursos porque los arquitectos que participaban trabajaban para el jurado por fuera. Se estandarizaba todo. La onda era Pompidou y vos veías Pompidou en los lugares más insólitos. El ejemplo es el Banco Provincia de Río Negro en General Roca: absurdo. Si no hacías un Pompidou no existías, eras un choto. ¿Quién ganaba los concursos? El que hacía Pompidou.
¿Cuál fue tu primera obra?– Mi primera obra fue una casa para una hermana cuando estaba estudiando arquitectura. La hice con el apoyo de mi tío ingeniero y su mujer, que no era arquitecta pero merecería haberlo sido.Yo llegué en un momento en que el Valle estaba muy bien, había una efervescencia impresionante y me tocó construir cosas realmente interesantes. Entre los 25 y 30 años hice obras importantes. Pienso que hay cosas de las que sobreviví y que me ocurrieron y siento que fueron en otras vidas, otras reencarnaciones, momentos del país como por ejemplo 1975, el Rodrigazo, o la hiperinflación. Con todas esas cosas hemos convivido.
¿Cómo ves la realidad política y la emergenciahabitacional que existe en varios lados?– La arquitectura por sí sola no resuelve nada. Viene detrás de una política seria y continuada durante muchos años: por ejemplo políticas de vivienda y planeamiento, que en la Argentina son sumamente difíciles. Da la sensación que no existen políticas de Estado. Los códigos urbanos recién en estos últimos años se están respetando más y el hecho de que haya muchos arquitectos y logren aglutinarse en colegios o grupos de trabajo, tracciona y mejora la situación. Pero de todos modos las ciudades nuestras son muy poco compactas: eso es fruto de la especulación. Tiene que haber un control, los terrenos céntricos son tan caros que las ciudades se diluyen. Los terrenos se hacen inaccesibles, cuando tendrían que tener los gobiernos en esas etapas intermedias una presión infernal sobre los baldíos. Luego las ciudades se transforman en inmanejables: se invaden tierras productivas, los transportes pasan por zonas vacías y, en síntesis, aparece el no respeto desde el Estado: de ahí para abajo no se respeta nada. Ni siquiera se cede el paso en la calle.
¿Qué papel juegan en tu diseñolas energías renovables?– El diseño que hago desde que me recibí supone una arquitectura muy razonable, muy acorde a lo que es nuestro medio. Si bien por ahí tengo superficies acristaladas, en general he sido austero y controlado. El avance de las energías renovables no ha sido tan marcado aquí porque el gas es muy barato y la energía también, entonces no podés plantear ese tipo de usos aún. Pero sí insisto con la orientación y los factores climáticos. No es necesario tener toda la tecnología para lograr una casa sustentable.
¿Qué tipo de construcción no te agrada?– Las casas de hormigón son invivibles. No podes vivir en una casa de hormigón porque retumba todo: son sólo para la foto. Cristal, hormigón, todo despojado, terminás loco. ¿Por qué cuando entrás al estudio de un abogado sentís una sensación de confort? Porque acústicamente los libros absorben, pero no así en un restaurante de Palermo, tapado de hormigón. Te enloquecés. ■
Arquitectura en el zoológico
“Lo más divertido sigue siendo el zoológico. Hace 5 o 6 años estamos trabajando en ese proyecto. Es apasionante. Por un lado trabajás para el comportamiento humano que más o menos sabes cómo puede llegar a ser, pero con un animal no tenés idea. Hay que crear un ambiente lo más parecido a su hábitat natural para que no pierda nada. Es otro tipo de zoológico”.Bubalcó es un zoológico destinado a la conservación de especies animales y vegetales a fin preservar la biodiversidad. Para lograrlo se basa sobre la cría y exposición permanente de flora y fauna, autóctonas y exótica. Además pretende alcanzar y promover objetivos en las áreas científica, pedagógica y turístico-recreativa.Funcionalmente está concebido para que el visitante tenga la posibilidad de observar las especies en un medio natural que provee un bioma de costa patagónica con abundancia de sauces autóctonos, monte de jarillas, cortaderas y coirones, que alberga una variada avifauna silvestre autóctona. La arquitectura se confunde con el ambiente natural en una perfecta vinculación entre la satisfacción de las necesidades y la exposición de los animales.•
www.estudiosilvetti.com.ar
www.bubalco.com