Una utopía supone alcanzar un destino lejano, imposible. La idea pretendía convertir 3200 hectáreas desérticas, en medio del valle de San Patricio del Chañar, en Neuquén, un una zona vitivinícola y productiva. Hacia allí avanzaron los responsables de Bodega del Fin del Mundo. Corría el año 1996. La realidad comenzaba a tomar cierta forma: el clima era ideal y la quimera de cultivar vides y producir buen vino se transformaba, lentamente, en realidad.
Pasaron tres años y se concretaron las primeras plantaciones. En 2002 se realizó la primera de las cosechas y la bodega, formalmente, se inauguró el 12 de abril de 2003, incorporando, de muchas maneras, una nueva región al mapa de la producción vitivinícola argentina, una noticia que se multiplicaría y que atravesaría las fronteras del país.
En la actualidad Bodega del Fin del Mundo, la primera de todas en instalarse definitivamente en la Patagonia, realiza sus cosechas manualmente entre principios de febrero y fines de abril o comienzos de mayo, y sus racimos, habitualmente, se acopian en cajas de 20 kilogramos. Entre sus principales etiquetas aparecen Fin (en sus variedades Malbec, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Tannat), Special Blend, Gran Reserva, el espumante Extra Brut del Fin del Mundo o el Cosecha de Mayo semillón. Bajo la atenta mirada del enólogo Marcelo Miras, Bodega del Fin del Mundo cuenta con cepas Sauvignon Blanc, Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir y Syrah; la bodega construyó su propio y extenso canal de riego y, entre otros detalles de avanzada, tanques de acero que ocupan una superficie de 15 mil metros cuadrados.
La zona impone sus condiciones climáticas y geográficas, las que al fin y al cabo son determinantes para lograr cultivos de gran calidad. El clima, además, hace que la maduración sea lenta y pausada, circunstancia que permite conseguir una inmejorable relación entre los azúcares y los elementos ácidos; también una notable coloración y aromas particulares. La bodega, actualmente, cuenta con la asesoría externa del experto francés Michel Rolland, y es una de las más importantes del mercado argentino (incluso sus vinos se venden y se disfrutan en casi treinta países del mundo).
En el año 2003 la bodega comenzó a participar en ferias y concursos nacionales e internacionales como “Vinexpo” en Bordeaux, llegarían las primeras medallas y reconocimientos a nivel internacional. Hoy los vinos de Bodega del Fin del Mundo han obtenido más de 200 premios en los concursos vitivinícolas más importantes del mundo.
Aquellos que se acerquen hasta San Patricio del Chañar pueden visitar las instalaciones de Bodega del Fin del Mundo (siempre de manera programada), paseo que incluye todas sus instalaciones, las plantaciones, presenciar los procesos de fabricación y, naturalmente, un instante final e inolvidable dedicado a la degustación.
MICHEL ROLLAND
Es considerado como uno de los enólogos más importantes del planeta y un referente mundial en la enología. Consultor de Burdeos, asesora a más de 100 bodegas en más de 12 paises de todo el mundo como Estdos Unidos, Italia, Chile, Argentina, España o la India.
Después de más de 20 años visitando la Argentina, reconoce al Malbec como un producto nacional que hay que cuidar.
Rolland centra su labor en encontrar los vinos según cada región en la que asesora. Llegó a Argentina a finales de los ´80, invitado por Arnaldo Echart, referente en la industria del vino en el norte argentino y son muchos los países alrededor del mundo en la que su influencia ha sido importante para enmarcar numerosos vinos, donde las sugerencias enológicas se han convertido en una importante profesión.
Experiencia del fin del mundo
La bodega posee también un restaurante en Buenos Aires, un lugar gourmet, de alta gama, diseñado especialmente para los amantes del buen vivir, Experiencia de Fin del Mundo, en el barrio de Palermo (en lo que ahora se conoce como Palermo Hollywood, en Honduras entre Fitz Roy y Bonpland), sitio en que se puede disfrutar de la mejor comida gourmet en un ambiente cálido, con atención personalizada que incluye la asistencia de reconocidos sommeliers. Para recomendar “Lomo de ciervo neuquino y duraznos ahumados”; “Codorniz rellena con manzanas del Chañar, panceta y papa confitada”; “Ojo de bife, Foie Gras y hongos tibios” y la “Paleta de cordero braseada con papas crocantes A pasarla bien, entonces. –