Creador de espacios :: MARTIN LAMA

TEXTO MARÍA EUGENIA DE CICCO
FOTOS FRANCISCO BEDESCHI
 
Dar vida a un local comercial es tarea compleja aunque no imposible: requiere todo un andamiaje de ideas y estrategias detrás. Según el diseñador y decorador Martín Lama,  las premisas que le dan identidad y lo diferencian del resto son pocas. Pero fundamentales.
 
“Trabajar en el diseño de locales comerciales es muy dinámico y la respuesta tiene que ser inmediata. Si la vidriera vende, tu trabajo está bien hecho. Todos los locales tienen una forma de explotarse al cien por ciento, sin importar el rubro. Para mí resulta súper desafiante tener que transmitir en tan sólo dos metros de vidriera el concepto de lo que allí se vende para poder seducir al cliente”, afirma Martín Lama, responsable del diseño y decoración de Rapa Nui, la ambientación en Shop Gallery,  el cambio de imagen de Arroyo Carnes y el Teatro La Baita en Bariloche, con la convicción de quien conoce bien el métier. Junto a él, un breve repaso por el armado de un local, desde su concepción hasta su materialización.
¿Cuáles son los elementos que definen el diseño y decoración de un local comercial?
-Básicamente, hay tres: el estilo del local, el concepto que quiere el cliente y qué tipo de producto va a vender. Una vez resueltos, aparecen las ideas y las imágenes en mi cabeza y empiezo con bocetos a mano alzada: sale todo más rápido así. Luego se pasa a los planos en Autocad y por último a 3D. Ahí ya se definen los colores, ambientación, iluminación. Después van apareciendo los detalles a medida que avanza la obra. Lo importante es que la vidriera transmita una sensación, cuente una historia, que anticipe lo que uno encontrará dentro del local.
Una vez definidos concepto y estilo del local por parte del cliente, ¿cómo sigue tu trabajo?
-Busco información, algo de material fotografico y mucho dibujo para obtener los diseños, los volúmenes y alturas. Se toma lo que es viable y se redefine el concepto de lo que quiere el cliente. A la caja resultante luego se le incorporan los elementos modernos, que son el mobiliario e iluminación. Mi trabajo es unir todo, que no haya demasiado contraste y sea a la vez atractivo, comercialmente práctico, versátil para futuros cambios y que el estilo de la caja se mantenga siempre.
¿Cuál fue la premisa en tu último trabajo?
– En El Closet de Laura, un local de indumentaria femenina ubicado en Mitre y Frey, en Bariloche,  me encargaron puntualmente reproducir una tienda departamental de Buenos Aires, estilo Harrod´s o Gath & Chaves. Esta clase de tiendas tiene las marquesinas de hierro forjado estilo francés con los punteros, los florones con los detalles de los esmerilados en los vidrios y con las columnas adentro. La premisa fue tomar toda la Belle Epoque de Buenos Aires y trasladarla a la actualidad con el aggiornamiento correspondiente de los materiales y la iluminación. Otro trabajo reciente fue para Arroyo, donde el pedido del cliente fue crear y comunicar un nuevo concepto: carnicerías boutique. Así que me volqué por un estilo country americano, dándole un toque más cálido para que la gente sienta que hace un pequeño viaje al campo.
Al momento de diseñar y decorar un local, ¿es tu gusto el que prevale o el del cliente?
-Siempre trato de llevar al cliente a lo que creo es más conveniente para su local. Como todo diseñador, soy un poco caprichoso y defiendo mucho mis ideas, pero cuando hay una insistencia muy concreta del cliente, tengo que tomarla: estoy obligado a incorporarla aunque no me guste. Comienzo a trabajar con esa idea, la tomo como propia, la adopto y juego con ella. Me ha pasado que sale algo mejor de lo que había imaginado y termino sorprendiéndome. En El Closet de Laura, por ejemplo,  hay una pared rayada. Al principio no me convencía la idea, pero una vez pintada la pared me di cuenta que rompe con la ortodoxia del local tan estereotipado, tan Belle Epoque de Buenos Aires, que termina por aggiornarlo. Porque en definitiva es un local de ropa para mujeres jóvenes, no una tienda de señoras ni tampoco un museo.
Se vuelve más claro el concepto.
-De esa manera se acentúa el concepto. Con dos o tres detalles podés romper un local que está muy conceptuado y transformarlo en otra cosa. Este es, tal vez, el trabajo más importante del decorador y diseñador: cómo cambiar el concepto de local con pocos elementos. No con cualquiera, hay que saber cuáles. No es cuestión de cambiar de color una pared.
¿Qué ventajas presentan los materiales modernos a la hora de plantear el diseño?
-Hoy los materiales cambian muchísimo el trabajo para crear locales más dinámicos. Por ejemplo, las luces de led son un cambio brutal porque podés tener un local iluminado las 24 horas y el consumo es muy poco. Hoy existe la posibilidad de gastar poco dinero y que el local siga vendiendo. Además, la ciudad se enriquece visualmente porque le sumás un atractivo nocturno.
En rasgos generales, ¿qué importancia se le da en Bariloche a la imagen de un local?
-En Bariloche no existe la costumbre de contratar a un vidrierista o diseñador de locales. Hay una mayoría de vidrieras saturadas, con productos fuera de contexto, donde es necesario pararse varios minutos para tratar de comprender qué se vende allí.  Sin embargo, desde hace poco más de un año algunas empresas y locales han tomando conciencia de la importancia de la imagen y se observan cambios importantes, resultado de la inversión en diseño, iluminación, ambientación y el máximo aprovechamiento de espacios. No hay que ser una gran empresa con un departamento de Marketing detrás para darse cuenta de esta necesidad. Tengo pedidos de todo tipo, de pequeños locales familiares, desde zapaterías hasta hoteles. Hay que celebrar la predisposición al cambio de quienes están dispuestos a realizar la inversión necesaria para mejorar la imagen de sus locales a partir del trabajo de un profesional.
¿Hay clientes más difíciles que otros?
-En algunas casas particulares que he decorado, el más difícil es el marido. Se preocupa más que la mujer por los detalles y es quien termina tomando las decisiones de los colores y distribución de los espacios.
¿Qué etapa del trabajo es la que más disfrutás?
-El proceso creativo que suele ser en mi casa acompañado de buena música unos mates y toda la bibliografia que me inspire. Pero debo reconocer que tambien me gusta mucho hacer la dirección de obra, no sólo diseñar y ambientar un local sino comenzar desde cero y estar hasta el final. No es lo común: el diseñador generalmente hace su trabajo y vuela, pero yo necesito saber qué hay detrás de la pared en la que luego voy a colocar un mueble. O saber como será la instalacon eléctrica de la iluminación.  Muchas veces estoy en una obra revolviendo cemento, haciendo de todo… En definitiva, mi tarea es crear espacios, encontrar los colores, la iluminación y los volúmenes indicados para cada local. ■
MÁS INFO
Martín Lama nació en Buenos Aires y vive en Bariloche desde hace tres años. Es diseñador y decorador autodidacta. En 2003 comenzó a trabajar en la cadena Okko en el diseño, armado y ambientación de sus locales en todo el país. Así conoció Bariloche, a través de una franquicia de la marca, en 2006. Desde entonces ha desarrollado su carrera de manera independiente, trabajando para distintas empresas y particulares. En Bariloche sus trabajos más importantes de diseño y decoración han sido Shop Gallery, Rapa Nui, Arroyo Carnes y Teatro La Baita. También se encargó de  la ambientación de By Pass para el evento lanzamiento del nuevo isotipo de Bariloche organizado por Emprotur.
www.martinlama.com.ar

 

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