Las vacaciones de inviernos se disfrutan en los Parques Nacionales
Se aproxima un nuevo receso y las áreas protegidas nacionales se preparan para brindar vivencias en modo frío a lo largo de todo el país, con actividades para todos los gustos.
El norte de la Patagonia andina recibió las primeras nevadas del invierno y los centros de esquí y de nieve vinculados al Parque Nacional Lanín ya inauguraron sus temporadas. Más cerca de los lagos, ladera abajo, existen otras opciones que complementan este atractivo: trekking, trayectos con raquetas, cabalgatas en la nieve y demás opciones se ofrecen como alternativa o complemento para los esquiadores y sus familias.
Las excursiones náuticas que parten de San Martín de los Andes también se instalan como tradicionales actividades de invierno en la región. Las distintas opciones posibilitan un recorrido entre montañas hacia Quila Quina o Hua Hum, en un marco de bosques nevados.
En otro punto de la Ruta Nacional 40, a 1.700 kilómetros hacia el sur, El Calafate se presenta como el principal centro de servicios del oeste de Santa Cruz, junto a su principal atractivo: el Parque Nacional Los Glaciares. Contemplar los hielos del Glaciar Moreno ofrecen una experiencia única, del mismo modo que los senderos de la zona norte del parque, en El Chaltén, permiten una aproximación a los macizos andinos cubiertos de nieve.
Las cabalgatas, en ambos casos, se presentan como una buena opción para realizar itinerarios grupales, con la oportunidad de compartir algún refrigerio reponedor, fogón mediante, en medio de la Patagonia glaciar, tal como lo hacían los pioneros a principios del siglo pasado.
Tierra del Fuego, con Ushuaia como principal núcleo turístico, alberga en su rincón territorial suroeste al parque más austral del país. Allí, las temperaturas del invierno subantártico no impiden disfrutar de excursiones náuticas, paseos guiados por el Canal de Beagle y la aventura de ingresar al Parque Nacional Tierra del Fuego en el Tren del Fin del Mundo.
Los centros invernales cercanos, con sus múltiples pistas y actividades en la nieve, permiten relacionarse con desafíos como el esquí de fondo y alpino, snowboard, caminatas con raquetas y travesías combinadas nocturnas en medio del paisaje fueguino.
El verde del Litoral
Una muestra de la exuberante Selva Misionera, elegida recientemente como una de las Siete Maravillas Naturales de la Argentina, se encuentra representada en el Parque Nacional Iguazú, un Sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO, un destino imprescindible para el invierno. Las Cataratas son el punto central de los dos parques homónimos -uno en Argentina, el otro en Brasil- que comparten el nombre que en idioma guaraní significa Aguas Grandes.
Iguazú recibe millones de visitantes de todo el mundo y ofrece alternativas para la aventura y la observación de fauna a ambos lados del río. Dos aeropuertos internacionales y una gran variedad de servicios turísticos completan la oferta de alojamiento, gastronomía y entretenimiento.
Corrientes tiene sus particularidades naturales y culturales para recibir a los visitantes, con los Esteros del Iberá como atractivo diferencial. Parte de este gran ecosistema está abierto al público en distintos sectores, tanto en su zona oriental, con la ciudad de Carlos Pellegrini como centro de servicios, como hacia el norte en la localidad de Ituzaingó, con el portal Cambyretá, y al oeste con el portal San Nicolás, cercano a la ciudad de San Miguel; todos núcleos integrantes del Parque Nacional Iberá.
Su vecino cercano, el Parque Nacional Mburucuyá, con sus senderos autoguiados, es la referencia regional más reconocida en cuanto a los años de presencia institucional de la Administración de Parques Nacionales en la provincia. Aquí se puede visitar el estero Santa Lucía, límite occidental de la ecorregión, donde el paisaje ofrece atardeceres ideales para los amantes de la fotografía.
Diversas actividades, enfocadas principalmente en excursiones para avistaje de fauna y senderismo, se ofrecen en cada uno de estos puntos perimetrales, asociados a propuestas gastronómicas e interpretativas para completar la experiencia única de transitar por uno de los humedales más extensos del planeta.
A 570 kilómetros hacia el sur, se encuentra el Parque Nacional El Palmar, parte fundamental de la propuesta integral de invierno de la provincia de Entre Ríos, que se complementa con la oferta de turismo termal que cada año se renueva en las localidades costeras de los ríos Paraná y Uruguay.
El área recreativa del Parque cuenta con restaurante y confitería, puesto de artesanías, camping organizado y proveeduría. Los senderos son de fácil acceso y permiten una vista combinada con otros puntos turísticos de la región como Colón (a 54 km por Ruta Nacional 14) y Concordia (a 65 km), ambos con interesante oferta hotelera y gastronómica.
Viaje al centro de la historia
En el centro oeste del país, La Rioja ofrece la posibilidad de ingresar al Triásico para admirar la dimensión del lugar desde una escala humana al visitar el Parque Nacional Talampaya y sus emblemáticos circuitos, que se recorren desde sus dos áreas de servicios: Cañón de Talampaya y Cañón del Arco Iris. Un Parque para conocer la historia de la tierra y del hombre con opciones para todos los gustos, entre ellas la de realizar una recorrida en bicicleta y pedalear entre imponentes paredones rojos de ciento cincuenta metros de altura.
Está atravesado por la Ruta Nacional 76 que une las localidades del Oeste riojano con la Ciudad de Patquía de la misma provincia. Esta ruta nace en el cruce de Los Baldecitos en su intersección con la Radio Nacional 150, extremo sur del área protegida, y continúa hasta la localidad de Villa Unión, principal centro de servicios turísticos de la región con oferta hotelera para hacer base.
En el mismo viaje se puede visitar, a unos ochenta kilómetros al sur por la Radio Nacional 76, el vecino Parque Provincial Ischigualasto, también conocido como Valle de la Luna, en San Juan, un área de enorme relevancia paleontológica y escénica, declarada sitio del Patrimonio Mundial junto a Talampaya.
Las vacaciones de invierno ofrecen múltiples oportunidades para visitar la mayor reserva de emociones de Argentina: los Parques Nacionales, con sus particularidades regionales y las propuestas estacionales de cada destino turístico asociado, son sede de una variada oferta para disfrutar de la experiencia en ambientes y culturas que se complementan desde hace siglos.
Norte de cardones y selva
Desde el norte andino, el Parque Nacional Los Cardones es una de las tres áreas protegidas nacionales con las que cuenta Salta y tiene su puerta de acceso en el sector más elevado de la Cuesta del Obispo, por la que se accede al centro operativo Piedra del Molino y al Valle Encantado. Desde allí por la recta del Tin Tin se pueden recorrer diversos miradores y senderos, entre ellos se impone un sector de diez mil hectáreas cubiertas por más de medio millón de cardones o pasacanas.
En las alturas circundantes, el Nevado de Cachi se erige como guardián de los Valles Calchaquíes, que con sus casi 6.400 metros de extensión es el punto de referencia de los visitantes que recorren los circuitos locales.
A sólo diez kilómetros antes de llegar a Cachi, el centro turístico más conocido de esta zona de la Ruta Nacional 40, se encuentra Payogasta. Una antigua población que alberga la sede administrativa del Parque e invita a comenzar la mágica travesía por los sabores de la gastronomía regional, con platos tanto dulces como salados que incluyen ingredientes tradicionales: cordero, queso y leche de cabra, maíz, quínoa y las especias recién elaboradas como condimentos para sazonar.
En la vecina Jujuy, una selva única crece al oriente de los Andes justo bajo las planicies de altura de la Puna: las yungas. Se extiende por las distintas alturas de los faldeos entre los 400 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, representando una variedad de ambientes en diferentes estratos de vegetación, integrados por flora y fauna específica: más de doscientas especies de árboles, ochenta de helechos, cien especies de mamíferos, quinientas de aves y más de treinta de anfibios.
Ascendiendo por la sinuosa Ruta Provincial 83, por la margen norte del Río San Lorenzo desde la Ruta Provincial 34, se ingresa al Parque Nacional Calilegua para conocer los estratos de esta nuboselva y sus senderos habilitados: existen nueve a lo largo del parque con diferente grado de dificultad y duración. La mayoría de ellos atraviesan la selva pedemontana y parten en las proximidades de la seccional de guardaparques emplazada en el acceso, conocida como Aguas Negras. Entre ellos se destacan el Sendero Guaraní, un recorrido interpretativo donde aborígenes de la comunidad originaria explican la naturaleza a través de su cosmovisión, y el sendero El Negrito, que presenta mayor dificultad que el resto y se inicia a cien metros de la segunda seccional de guardaparques, Mesada de las Colmenas, a 1.200 metros sobre el nivel del mar y con una interesante terraza de observación para el visitante.
Tras recorrer unos sesenta kilómetros por la misma ruta se llega a San Francisco, un pintoresco poblado con servicios turísticos básicos y posibilidades de realizar excursiones locales a diferentes atractivos, como las Termas del Río Jordán, o bien seguir viaje hasta Valle Grande y Valle Colorado, la antesala de la Puna jujeña.