Asesinato en el Savoy
Maj Sjí¶wall y Per Wahlí¶í¶
RBA. Ediciones, Barcelona, España, 2010
Todas las tradiciones reconocen un comienzo. El caso del infortunado escritor sueco Stieg Larsson y su la mundialmente conocida saga Millennium (tres tomos de más de 600 páginas, con un periodista, Mikael Blomkvist, y una extraordinaria hacker bisexual, Lisbeth Salander, como protagonistas) desvió la mirada hacia los policiales escandinavos, ámbito en el que también brillan con luz propia autores como los también suecos Hening Mankell (y su detective Kurt Wallander) y la bella Assa Larsson (con su abogada Rebecca Martinsson), el islandés Arnaldur Indridason y su investigador, el oscuro y notable Erlendur Sveinsson, o el noruego Jo Nesbí¸ (creador del genial y borderline Harry Hole) Todos reconocen un origen en Maj Sjí¶wall y Per Wahlí¶í¶, dos periodistas suecos que, en la década del `60, imaginaron al inspector Martin Beck. Ambos (Wahlí¶í¶ murió en 1975) constituían un matrimonio real y literario que, además, coincidía en la militancia: ambos eran comunistas y sus novelas fueron las primeras que contemporáneamente combinaron la estructura de una nouvelle noire con la crítica social. En Asesinato en el Savoy un importante hombre de negocios es asesinado de un disparo por un desconocido mientras cenada en un lujoso hotel. Martin Beck viaja para poner las cosas en su lugar. Es interesante comprobar cómo los autores (que imaginan una trama sin fisuras) utilizan la figura del relator (y no la del detective) para realizar críticas al sistema capitalista, a la policía o al alcalde de Estocolmo) Buena faena conyugal (también de Beck, naturalmente).
Suicido perfecto
Petros Markaris
Ediciones B, Barcelona, España, 2006
Las calles de Atenas constituyen el escenario perfecto para una nueva epopeya del comisario Costas Jaritos, que en esta ocasión no las tiene todas consigo: se repone de un disparo que casi le cuesta la vida, por lo que tiene que pasar demasiado tiempo en casa a merced de su esposa, la encantadora e insoportable “al mismo tiempo- Adrianí, quien supone que el éxito de la recuperación de su marido se debe, fundamentalmente, a sus cuidados. Una noche cualquiera, mientras se aburre mirando una entrevista por televisión, un exitoso empresario se suicida en cámara. La circunstancia (demasiado teatral y demasiado pública tratándose de un hombre que había hecho toda su fortuna pasando desapercibido) enciende las sospechas de Jaritos, quien está convencido de que faltan elementos y de que nada es tan simple como parece. Pero está de licencia y es poco lo que puede hacer. Sucede que su reemplazante circunstancial es un verdadero engreído (con poca idoneidad, además), lo que hace que su jefe, por única vez en la vida, lo visite en su casa para que se ocupe del caso de manera extraoficial. Jaritos, como queda claramente establecido, se juega su puesto de jefe de la Brigada de Homicidios. La trama (bien desarrollada por un viejo maestro del género como Markaris) transita por escenarios de corrupción y de pequeños espantos cotidianos en los que los culpables sociales son siempre los más débiles, en este caso inmigrantes ilegales albaneses, serbios, kurdos o tercermundistas (todos manejadlos por un pequeño filibustero griego).
Petirrojo
Jo Nesbí˜
RBA. Ediciones, Barcelona, España, 2008
Harry Hole, investigador genial, mal vestido, desprolijo y ocasionalmente borracho, debe resolver una serie de delitos que retroceden hasta la Segunda Guerra Mundial, días miserables en los que Noruega (Nesbí¸ y “Hole” son noruegos, con Oslo como escenario) tuvo un gobierno colaboracionista con la Alemania nazi presidido por Vidkun Quisling (juzgado por traidor y ejecutado una vez finalizada la guerra), y otro en el exilio, encabezado por Johan Nygaardsvold. Un asesinato cometido con un viejo rifle (inusual para en la actualidad y para la ocasión) pone en movimiento una madeja al revés, circunstancia que no debe haber sido fácil de resolver para Nesbí¸: su propio padre fue voluntario noruego de la Waffen SS en el frente oriental (combatió en el infernal sitio de Leningrado) y formó parte de la Den Norske Legion, un batallón de soldados noruegos que luchó codo a codo con los alemanes para enfrentar al fantasma del Stalin y al Ejército Rojo. Su padre, incluso, fue juzgado por traición y debió purgar tres años de cárcel después de finalizada la guerra. La familia de su madre, en cambio, formó parte de la Resistencia noruega. Petirrojo supone una gran vuelta de tuerca sobre la historia (no demasiado vieja, por otra parte) de Noruega y de la propia biografía familiar de Nesbí¸, que alimentó el argumento (extraordinario, por otra parte) En el medio, brillando con toda justicia, el gran Hole, acaso el detective más cinematográfico de la novela negra contemporánea.