CHUCAO | Scelorchilus rubecula

Chucao

FOTO FRANCISCO BEDESCHI

Más conocido por su sonido que por su figura, el tapaculo chucao es una especie de ave endémica de los bosques templados del centro-sur de Chile y de áreas fronterizas de Argentina. Es un ave que vive en el sotobosque y se desplaza dando saltos o mediante vuelos muy cortos. Es sumamente curioso, ágil y precavido. Mide 17 centímetros aproximadamente. Su plumaje varía en colorido: las partes superiores del cuerpo son de color café oscuro, que adquiere un tinte café rojizo en las aves viejas y es fácil reconocerlo por el tono rojizo de su garganta y pecho; el vientre es gris, con barras irregulares negras y blancas. Las patas son largas y fuertes, lo que explica su calidad de excelente corredor. La cola está generalmente en posición vertical.

El chucao es omnívoro. Se alimenta de pequeños invertebrados que busca revolviendo el suelo y la hojarasca del bosque con sus patas. Nidifica en huecos en barrancos de tierra blanca, que él mismo fabrica cuando el terreno aún está húmedo y fangoso por las lluvias invernales en una cueva que cava en el suelo, en algún barranco o ladera escarpada con mucha vegetación. Allí deposita de dos a tres huevos como máximo, de color blanco bastante grandes en relación al tamaño del ave. Aunque tiene hábitos recluidos y sigilosos, que lo hacen mantenerse generalmente dentro de las espesuras de los bosques, le gusta la cercanía de algún estero o riachuelo, por lo que es más posible verlo en los momentos en que baja a tomar agua (siempre que crea estar solo).

Tiene un potente grito, que se escucha a buena distancia. Lo reproduce a intervalos y siempre que un individuo lo hace, puede escucharse a otro contestar desde la lejanía. El nombre “Chucao” es onomatopéyico y proviene del grito territorial que emite. En la creencia popular, su grito anuncia la suerte de quien lo escuche.

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