5 razones para hacer el Cruce del Alto Chubut a caballo

TXT: Revista AIRE
PH: Gentileza Andesluna

Esta travesía de seis días a caballo en cercanías de Bariloche es para jinetes entrenados y con gran espíritu aventurero. Se trata de una experiencia única que recorre senderos de la Pre-Cordillera y de la Cordillera de los Andes, la estepa y los valles de la Norpatagonia para sumergirse en un territorio tan bello como solitario. 

Hay muchas formas de conocer la Patagonia, sus paisajes y su gente. A través de su empresa familiar ANDESLUNA, Tammy Robaina y Dominik Marty se transformaron en anfitriones de viajeros de todo el mundo que se aventuran a descubrir estas latitudes, montando a caballo. El “Cruce del Alto Chubut” es uno de los programas de cabalgatas que ofrecen cada verano, a partir de noviembre hasta fines de marzo.

La travesía

El itinerario conduce a los jinetes al corazón de la Cordillera, entre montañas y valles profundos, terminando en la estepa patagónica, un escenario tan bello como solitario.

La zona de la cordillera conforma una importante divisoria de aguas. Allí nacen varios ríos y arroyos que vierten sus aguas en los tres ríos más importante de la Patagonia Norte: el río Pichileufu (donde comienza la travesía) que corre hacia el norte y alimenta al río Limay y, finalmente, el río Negro. El río Chubut (que cruza la travesía en varias ocasiones), fluye hacia el sur/ sur-este y atraviesa toda la provincia de Chubut. Y por último, los ríos Foyel y Villegas que cruzan a Chile y terminan en el océano Pacífico.

La variedad de senderos permite experimentar tanto la destreza del caballo como el contraste del terreno. Se avanza por pasos que alcanzan los 1700 msnm y senderos que bordean ríos, arroyos y lagunas. Algunos días se cubren mayores distancias que otros y, debido a la diversidad de los terrenos, el grupo se desplaza con un paso de travesía. No son tanto los kilómetros recorridos que cuentan -aproximadamente 225 km-, sino las horas que se anda a caballo: entre 6 y 8 por día, haciendo noche en puestos de estancia, en campamentos ya predeterminados o en el refugio El Sapucai.

Conexión con la naturaleza

La travesía invita a una conexión total con el entorno natural y vivir la experiencia como un “retiro”. Sin electricidad, sin señal de teléfono y sin wi-fi, el objetivo es dejar toda “distracción moderna” de lado para concentrarse plenamente en la actividad, los caballos, el paisaje y la cultura e historia de los antiguos pobladores con los que se cruza durante la travesía. Poder disfrutar a otro ritmo de las noches estrelladas, las charlas al calor del fogón y el sonido del viento.

Refugio El Sapucai

Este refugio de montaña se encuentra a orillas del río Chubut. En su cocina comedor se preparan todas las comidas en el horno a leña que dará un sabor especial a cada plato. Tiene dos dormitorios y un baño completo con calefón a leña y una sala de estar con chimenea. Además, hay dos Yurtas (carpas de origen mongol) con habitaciones para 2/3 personas, calefacción a leña y baño privado. Su sólida construcción y cálida ambientación interior permite disfrutar de un descanso pleno. 

Los caballos

Los caballos, cruza con criollos argentinos, tienen gran destreza para atravesar los diferentes terrenos de la travesía. Esta raza desciende del caballo español traído por los conquistadores en el siglo XVI. Desde entonces sus ejemplares adquirieron extraordinarias condiciones de rusticidad, resistencia y adaptación al medio, aptitudes a las que suman su gran paciencia, agilidad y docilidad. El Criollo es un animal especialmente adecuado para el trabajo de campo. Su tipo se corresponde con el de un caballo de silla, equilibrado y armónico. Es ágil y rápido en sus movimientos.

La montura que se utiliza es una adaptación de “una montura de endurance”, pero con cojinillos sobre la silla para travesías largas. Es práctica para ensillar y desensillar y confortable para jornadas extensas.

Guías & baqueanos

Las expediciones cuentan con un staff de guías bilingües que son verdaderos anfitriones y conocedores de la cultura local, al igual que los baqueanos, “gente de a caballo”, nacidos en la zona y poseedores de una sabiduría que sólo la experiencia puede enseñar. Con ellos se pueden compartir charlas y anécdotas de la vida en la Patagonia. También, son los responsables de la seguridad y de asesorar a los jinetes en los detalles de la cabalgata.

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