POR REVISTA AIRE
FOTOS FRANCISCO BEDESCHI
FOTOS ANTIGUAS: ARCHIVO VISUAL PATAGÓNICO
Hace más de setenta años que el Modesta Victoria surca las aguas del Nahuel Huapi. Fue construido en Holanda en 1937 y transportado, en barco y luego en tren, hasta las costas del lago, donde fue finalmente botado un año más tarde. La nave, con todo su encanto, aún navega. A veces un nombre puede escribir gran parte de la historia de un lugar. Tal el caso del Modesta Victoria.
El barco, como tantas naves insignes, tiene su historia. Comparte un sitial de honor junto a otras embarcaciones que han hecho lo suyo a lo largo de mares, ríos y lagos a través de los tiempos. El Maine, el Beagle de Robert Fitz Roy y Charles Darwin, el Endeveaour de James Cook, la Santa María de Don Cristóbal, la fragata Hércules del almirante William Brown, el bergantín Halcón del gran Hipólito Bouchard o la goleta Cabo de Hornos del no menos extraordinario Luis Piedra Buena. El Modesta Victoria, sin ninguna duda, ocupa un sitial de justificado honor en este pequeño (e incompleto) Parnaso de embarcaciones célebres.
Casi no hay foto, postal o recuerdo de San Carlos de Bariloche que no lo tenga en la memoria. En 1937, a partir de un pedido especial de la Dirección de Parques Nacionales y de su titular, Exequiel Bustillo, un astillero de Ámsterdam se encargó de construirlo. Pero Holanda está, aún, lejísimo, más allá del mar. Fue necesario trasportarlo desarmado. Finalmente fue botado al Nahuel Huapi, el 10 de noviembre de 1938, en un gran acto presenciado por todo el pueblo.
En el han navegado presidentes, príncipes y personalidades de todos los órdenes y a través de los años se ha convertido en parte de la vida cotidiana y en patrimonio histórico de San Carlos de Bariloche y del Parque Nacional Nahuel Huapi. Tiene una eslora 39 metros y una manga de 7,60. De la mano de Turisur, aún surca las aguas del Nahuel Huapi, el “Gran Lago”, como lo bautizara Francisco Moreno.
La nave tiene tres cubiertas de piso de teca, herrajes de bronce y tulipas de alabastro. Posee una timonera que es única y marca todo una época de la navegación.
Puede transportar 300 pasajeros y actualmente cuenta con dos modernos motores de 350 hp, radar y GPS de última generación. A bordo, además de paladear el aroma del pasado, es posible navegar la zona de los lagos, una región extraordinaria de la Patagonia que, entre otras interminables bellezas, aloja al parque nacional Nahuel Huapi.
La embarcación realiza diariamente el viaje a la Isla Victoria y el Bosque de Arrayanes, siendo la excursión más importante y tradicional del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Zarpa de Puerto Pañuelo y luego de una hora de navegación arriba a la Península de Quetrihue en donde se puede apreciar la magnificencia del paisaje del único bosque de arrayanes del mundo. Luego navega hacia la Isla Victoria, desembarcando en Puerto Anchorena.
A casi 75 años de su botadura, el Modesta Victoria aún mantiene su antiguo esplendor. La nave va. Bella y afortunadamente.
PEQUEÑA CRÓNICA DE UN NOMBRE
El nombre Modesta Victoria, más allá de sus merodeos simbólicos por los arrabales de la realeza, tiene sin embargo un origen más amoroso pero con menos glamour. Una de las versiones sugiere que hacia 1883, el teniente Eduardo O`Connor comandaba una expedición que debía llegar (como efectivamente lo hizo) hasta el cerro El Carmen; debía atravesar el Nahuel Huapi y lo hizo en una lancha (era imposible trasladar una embarcación de mayor envergadura). O´Connor fue el primero en navegar el Nahuel Huapi después de remontar el Río Negro y el Limay. Y parece que “Modesta” se llamaba la mujer de O´Connor. Como la notable expedición del teniente fue considerada un triunfo, la palabra “Victoria” se explica por sí sola.