Innovación, equilibrio y desarrollo :: ALEJO DUARTE

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POR  MOIRA TAYLOR
FOTOS  ELISEO MICIU, ISAIAS MICIU  Y NOUUEIPRODUCTORA

Con un dejo del San Martín de los Andes de otra época, Alejo Duarte nos recibe en su estudio. La charla transcurre en una vieja casa que él mismo recicló. Un maestro mayor de obra que se ganó el título de diseñador, constructor y decorador: su trabajo  es versátil y sus materiales nobles. En tanto personaje y referente de la arquitectura de San Martín de los Andes, repasa su trayectoria. También analiza el presente de la ciudad. 

DE DÓNDE VENIMOS
“Yo soy de acá de toda la vida. Nos fuimos unos años,  pero volví.  Egresé del ENET como maestro mayor de obra y comencé Arquitectura,  aunque no terminé la carrera: tenía que trabajar y me resultó imposible seguir en la facultad. Con 19 años retorné  a San Martín de los Andes a principios de los `90  y de inmediato comencé a trabajar. Los primeros trabajos fueron con otros arquitectos como Barceló, Beretta o Filiberti, pero yo siempre quise hacer lo que hago. Poco a poco me fui haciendo mi lugar. No vengo de una cuna con muchas relaciones y me costó más porque soy maestro mayor de obra: en el código de edificación de la ciudad,  un maestro mayor de obra puede construir edificaciones de hasta  4 pisos y se encuentra en igualdad de condiciones con los arquitectos. Eso socialmente pesa. La tuve que “remar” mucho. Cuando comencé a trabajar, había unos 60 arquitectos matriculados. Hoy debe haber más de 200. Pero fue un desafío adicional: mis obras debían hablar por mí”, cuenta Alejo Duarte en un extenso monólogo.

Duarte es un amante de San Martín de los Andes, lugar al que conoce y del que habla con afecto.  Es, además, un entusiasta del deporte y el aire libre,  amante de las carreras de aventura, acostumbrado  a compartir una caminata, una cumbre, una pedaleada en la montaña o un viaje en moto por la zona. Conocer la naturaleza y sus formas, detalles y ciclotimias, ha generado un sello personal en su trabajo, una huella digital marcada por años disfrutando del lugar que lo rodea.  “Tengo más de 300 casas hechas, muchas en las afueras de San Martín. Algunas con carteles, otras no, fui bastante anárquico en eso. Y como cuenta el dicho “lo que no te mata te fortalece”: el hecho de no haber estudiado Arquitectura, a pesar de que me hizo las cosas más difíciles, me permitió ser mucho más versátil. No me encasillé en ninguna línea. Mi idea siempre fue construir: moderno, rustico, como iba surgiendo de acuerdo al lugar en el que se ubicaba  el edificio”, explica. Y agrega: “Durante algún tiempo quise generar algo diferente. Por ejemplo,  jugar con la piedra bocha y los troncos. Y les presentaba este tipo de proyectos a mis clientes. Lo cierto es que no había cómo mostrar eso, era algo muy particular. Así que hace 14 años comencé a  construir mi casa y la hice de esa forma, con ese estilo. La gente necesitaba ver que funcionaba. A partir de entonces, y muy a mi pesar, el vox populi comenzó a ser “Alejo, el de la piedra bocha y los troncos”, dice.

LOS MATERIALES Y LOS MÉTODOS
A la hora de proyectar y construir tengo muy en cuenta la cuestión económica: para que una casa sea cálida o agradable, no necesariamente debe estar construida con materiales caros. Yo uso maderas de encofrado, a las que  resignifico: les doy color y hago el revestimiento interior de algún espacio en particular. Trato de buscar la simplicidad y defender un poquito el bolsillo del cliente. Mis construcciones se diseñan desde los materiales, los usos que se le darán y el entorno. No trabajo con imitaciones: si uso piedra, pongo piedra, no una placa que imita a la piedra. Por eso mismo he innovado en cómo generar pisos de madera que no sean pisos flotantes. Me gusta la integración de los espacios a través de los pisos de microcemento en un único tono que se extiende en las distintas habitaciones. La madera oscura no se usaba: yo le empecé a introducir  colores, a  oscurecerla, a borrarle la veta”,

La idea -prosigue- es no caer en un rótulo y poder responder a las distintas necesidades con creatividad y practicidad. Trato de trabajar siempre con materiales de la zona y ganar la pulseada a las imitaciones o a los ladrillos. Hay reglas en el código que deberían revisarse. Los métodos y materiales constructivos han cambiado y la morfología de las obras también, pero tenemos aún limitaciones que no permiten, por ejemplo, jugar más ampliamente con la pendiente de los techos. A mí me encanta hacer techos a una sola agua, pero la pendiente mínima son 30 grados. Y a este tipo de detalles suelo referirme cuando digo que hay que revisar  las reglas y pensar profundamente en qué ciudad queremos”, asegura. Duarte.

ECOLOGÍA, RECURSOS Y CONSTRUCCIÓN
Sostiene Duarte: “La mayoría de mis casas son todas estructuras de madera y las estructuras de madera tienen cámara de aire: es mejor aislante que una pared  de ladrillos. Después, si querés, a la construcción le ponés piedra por fuera. Pero la pared de madera bien desarrollada es un método buenísimo de aislación.  Mis procesos han ido perfeccionándose, voy innovando, inventando. Puedo trabajar con materiales conocidos, pero los vinculo de formas diferentes y me dan nuevos resultados. Ahora que la gente confía más en lo que puedo hacer, me doy el lujo de generar y renovar mis ideas, hasta el momento con muy buenos resultados”.

LOS CRITERIOS DE EL REGIONAL Y CREMA MOCCA
“Allí  se podía construir hasta 1200 metros cuadrados. Pero nosotros hicimos 700 y no por una cuestión de presupuesto: se trató de una una decisión. A este pueblo lo adoro y  no quiero verlo convertido en una pajarera, haciendo más, “metiendo” metro cuadrado sobre metro cuadrado. 

Le presenté a mi socio una propuesta que rompía con esa lógica y la aceptó. Lo cierto es que yo quería respetar la escala, quería darle un uso práctico y, al mismo tiempo, amigable para el entorno. Con respecto al estilo, en algún momento pensé en hacer algo más vanguardista, más moderno, pero la verdad es que construí con el estilo que yo quiero ver en San Martín de los Andes. Voy a Puerto Varas o a El Frutillar, miro todas esas viejas casonas que han sabido conservar y me gusta el concepto. 
La idea fue generar la edificación histórica, los materiales y la imagen de otro San Martín”, explica Duarte.

DISCUSIONES PROFESIONALES, ARQUITECTÓNICAS Y URBANÍSTICAS 
Lamentablemente no soy miembro del Colegio de Arquitectos y no estoy al tanto de las discusiones que se están dando. Pero personalmente creo que sería la Dirección de Planeamiento la que debería ocuparse de este tipo de cuestiones. En su momento me junté con  Alberto Pérez para acercarle la propuesta de hacer un censo por manzana para saber los habitantes  que había por metro cuadrado y, a partir de los datos, generar restricciones constructivas para que no se construyan edificios en todas las manzanas. Respondieron que era  muy difícil porque hay lotes que se encuentran al lado de un edificio, habiendo utilizado ya todo el cupo, por tanto ese lote no se podría usar para ese fin. Y debería ser así: no hay otra manera de conservar la escala si todos pueden ocupar su máximo.  El problema de la escala, de la imagen y los usos, es fundamental a la hora de entender en qué momento estamos y qué podemos hacer, aunque más no sea para generar un desarrollo más amigable y más sustentable”, reflexiona Duarte.

DESDE DÓNDE MIRAR
La idea es seguir sorprendiéndome, seguir creando nuevas formas de utilizar los materiales, nuevas imágenes, combinaciones que permitan encontrarnos con algo novedoso pero que respete el entorno y los usos. Siempre he tratado de entender el lugar donde voy a trabajar. Lo más importante es la relación que existe entre el paisaje, el edificio y su uso. Siempre le digo a los clientes que si bien ellos compraron el terreno mirando al  Cerro Chapelco, no lo van a mirar todos los días porque constantemente interviene lo cotidiano y el día a día tiene que ser cómodo y práctico. Necesitás vivir tu propio mundo, no sólo el de la vista. Esa relación que hay entre el adentro y el afuera es importantísima: la intimidad que puedas generar en tu espacio exterior es determinante para que lo puedas vivir.  En ese afán de que la construcción tenga un uso práctico y un buen equilibrio, también me involucro en el diseño del paisaje exterior y en la decoración”, comenta.

El afuera es tan importante como el adentro”, piensa en voz alta. La reflexión incluye al pueblo (al que fue, al que es y al que, subjetividades mediante, debería ser). La frase sugiere, al mismo tiempo, varias ideas: los desarrollos amigables, el crecimiento, las miradas estéticas, el cuidado del medio ambiente. Alejo Duarte propone un armonioso equilibrio entre la naturaleza y la innovación.

ALEJO DUARTE
Rudecindo Roca 958 P.A.
San Martín de los Andes
Tel. 02972 422600
Cel. 0294154 410903
acad@smandes.com.ar

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