Moma Mozetich sabe que trabaja con la fragilidad. Ella misma admite que el concepto asomó, vertiginoso, cuando analizaba y miraba su propia obra. Lo inasible suele ser todo aquello que impacta, conmueve, moviliza y, al mismo tiempo, se escapa de las manos, “se nos escapa de las manos”. Y lo que más se quiere, eso que debería ser eterno pero es efímero, aquello que se quiere para siempre, eso es lo más escurridizo. “Así sea un pequeño instante de belleza que nos detiene, queremos atraparlo, es la incesante necesidad humana de poseer. Yo atrapo, poseo, conservo, a través de la pintura”, indica Moma.
La sumatoria de las grandes casualidades, de los grandes amores, de los grandes esfuerzos genera sentimientos, vibraciones, “nos transforman en lo que somos”, dice. “Es como si no hiciésemos fuertes a través de la fragilidad. Trato de tomar lo inasible, de quedármelo para siempre”. Agrega, poéticamente: “En forma recurrente han aparecido en mis trabajos contenedores, tazas y otros elementos que, cuando no alcanzan, todo se derrama. Contener, sostener, sembrar, la esencia de lo femenino, lo uterino como gran contenedor. A veces todo se derrama. Y aparece el vacío”.
Las obras más recientes de Moma Mozetich (“Latente”) están expuestas en General Roca, seleccionadas por el Salón Nacional de Río Negro, y en Tupungato, Mendoza (“Varietal”), en este caso junto a otra artista de Bariloche, Analía Arpes. El resto de sus trabajos se pueden apreciar en www.momamozetich.com.ar o en su taller. Su formación artística, entre otros derroteros, incluye la participación en Art Boomerang, Programa Federal de Arte, coordinado por el arquitecto Daniel Fischer, y talleres o clínicas con Pablo Cortondo, María Laura Ferrari o Claudio Ongaro Haelterman.
Moma Mozetich nació junto al mar, en Necochea, pasó su infancia y estudió en Mar del Plata, también a metros del mar. Vive en Bariloche desde 1990. Pinta, bellamente (“pintar es como andar en la cuerda floja”). Y en ese universo confluye toda su vida. Pinta lo que es, lo que siente, lo que piensa, lo que no piensa. “Eso soy”, anota. Y eso es. –