POR GONZALO PÉREZ, DOCTOR EN BIOLOGÍA
Las implicancias de la respuesta de ciertas preguntas conllevarían cambios inimaginables en nuestras creencias, en nuestra forma de ver la vida y por ende, cambios profundos en la Humanidad. Preguntas como “¿existe Dios?” o “¿estamos solos?” son interrogantes que quizás puedan en algún momento ser dilucidadas. En particular, el cuestionamiento de nuestra singularidad, o en un sentido más amplio de que la vida en la Tierra es un hecho aislado en el casi infinito campo estelar, podría comenzar a ser develado.
En principio, quizás muchos se enfoquen en la búsqueda de respuesta a la existencia de otras civilizaciones, es decir la existencia de otros organismos vivientes pensantes similares a nosotros mismos en anatomía o cualidades. En tal sentido, una de las primarias aproximaciones a resolver esta incógnita se efectuó utilizando las Matemáticas y la Lógica. La ecuación de Drake, concebida por el radioastrónomo Frank Drake en 1961, es una acercamiento teórica al problema y calcula la cantidad de civilizaciones que podían comunicarse en nuestra galaxia. En su estimación inicial, el numero resuelto es de diez civilizaciones en nuestra galaxia. Sin embargo, los supuestos para este calculo pueden variar ampliamente con los descubrimientos actuales y venideros, siendo los resultados favorables o desfavorables para la estimación del numero de civilizaciones posibles.
Por otro lado, la respuesta a una pregunta subyacente a la anterior, es la posibilidad de vida en nuestra galaxia o en el universo. Es aquí donde los avances en estos últimos años son promisorios. Una de las formas de encarar el problema, es buscar planetas, denominados “exoplanetas”, que sean similares a nuestro planeta. La lógica de buscar algo conocido (la vida) en un escenario conocido (el planeta Tierra), es una idea parsimoniosa. Sin embargo, la vida podría ser muy diferente a la que conocemos gobernada por la física del carbono. Pero volvamos al enfoque primario, planetas similares a la Tierra, es decir en masa, distancia a su estrella, y estrella semejante a nuestro sol, implica posibilidad de vida. ¡Entonces, a buscar planetas similares! Y esto es lo que muchos astrónomos vienen haciendo estos últimos años, de maneras que quizás estén mas próximas a la Ciencia Ficción que a lo que pensamos que la tecnología humana puede realizar.
En principio existen tres formas principales de buscar planetas: detección visual directa, velocidad radial y tránsito. Mientras que la primera sirve principalmente para detectar planetas muy grandes, con altas temperaturas y alejados de su estrella (características bastante diferentes a nuestro planeta), las otras dos técnicas son adecuadas para contabilizar exoplanetas candidatos. La técnica de velocidad radial, detecta planetas mediante la medición del desplazamiento radial que produce el planeta en su estrella. Esto se consigue midiendo la variación de alejamiento o acercamiento de la estrella gracias al Efecto Doppler. Por ultimo, el tránsito, consiste en detectar el cambio en la luminosidad de la estrella al producirse el paso del planeta delante de ella (tránsito). La variación es muy pequeña pero puede ser medida.
Utilizando estas metodologías, se ha descubierto que los exoplanetas de baja masa y exoplanetas candidatos son mucho mas abundantes de lo que se esperaba en nuestra galaxia. Por ejemplo, resultados del Observatorio Austral Europeo, a partir del espectrógrafo HARPS instalado en el telescopio La Silla (Chile), muestran que existe un exoplaneta con masa similar a la Tierra en el sistema estelar mas próximo a nuestro sol, Alfa Centauri a 41,3 billones de kilómetros de distancia. Aunque este planeta está muy próximo a su estrella, su existencia en nuestro vecindario estelar, probabilísticamente nos indica que los exoplanetas de baja masa serían bastante comunes. Por otro lado existe el Proyecto Kepler de la NASA (Kepler.nasa.gov), el cual fue diseñado para buscar planetas similares a la Tierra. Este satélite artificial consta de una increíble cámara de 95 mega pixeles y sus imágenes reales pueden dar información de la existencia de agua, gases y otros materiales en la superficie de los nuevos cuerpos celestes. Actualmente, Kepler ha encontrado 2300 planetas candidatos y de estos 105 confirmados sólo mirando la región Cisne-Lira de nuestra galaxia.
Los últimos cálculos arrojan números impensados. Según se ha explicado, una de cada dos estrellas tiene planetas y una de cada 200 tiene planetas en zona habitable.
Si consideramos que hasta hace poco se sabía que había, por lo menos, 100 mil millones de estrellas en nuestra Vía Láctea, y hoy este número se ha triplicado, el numero de planetas candidatos a tener vida en enorme. Esto sin considerar que hablamos sólo de nuestra galaxia, cuando los científicos estiman que hay 100 millones similares. Si es vedad, existen mas estrellas que granos de arena en todas las playas y desiertos de nuestro planeta.
Por lo tanto, estimados lectores, nuevamente auspicio novedades increíbles, inquietantes, de efectos impensados. Los amantes de series como Star Trek, los fanáticos de películas como Star Wars, tendremos quizás muy pronto la certeza de que no estamos solos.