Un emprendimiento con buena madera

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Fuente de calor, cobijo, insumo, vida. Desde hace miles de años el ser humano utiliza la madera para fabricar objetos de los más diversos. Gondor Bows fabrica arcos artesanales con la misma técnica que usaban nuestros antepasados y que nunca fue superada.

Texto: Roxana Ramospé
Fotos @Clari Bustinduy

 

La madera es uno de los materiales más nobles desde los inicios de la humanidad. Fausto Franzante lo sabía desde niño. Siempre tuvo fascinación por las armas arrojadizas, desde chico armaba arcos con lo que podía, coleccionaba cuchillos. Ya adulto estudió ingeniería industrial, así fue supervisor de una reconocida automotriz; cambió la carrera a ingeniería civil y fue parte de una multinacional constructora. Es chef profesional, antropólogo y, por casualidad, un buen día conoció la arquería artesanal. Se mudó a Bariloche y hace 4 años creó Gondor Bows, un taller de arquería artesanal que, además, brinda este conocimiento a través de cursos y talleres individuales o grupales.

-¿Existe un emprendimiento de similares características al tuyo?

-Creo que soy el único en Latinoamérica y en relación a los cursos grupales que ofrecemos entiendo que no hay otros en el mundo. Si bien hay un mercado en Estados Unidos de master (las personas que enseñan a otras a hacer arcos), por lo general las clases son uno a uno, o se circunscriben a participar de algunas ferias y captar alumnos. La oferta que existe es, más que nada, venta de arcos y creación de contenido multimedia.

-¿Cómo definirías el producto que ofrece Gondor Bows?

-Nuestro producto es un curso individual o grupal para que la gente aprenda a hacer su propio arco. Además, vendemos arcos que yo fabrico, como así también materiales para hacer hachas y herramientas muy particulares. Actualmente, estamos creando un nuevo modelo de negocios que nos permita estar más tiempo con la gente en una actividad que involucra el entrenamiento y la alimentación.

Soy antropólogo y el trasfondo teórico de nuestro trabajo, desde la arqueología, es que el 99,9%  de nuestra existencia como especie fue como cazadores recolectores y manufacturadores de herramientas. En consecuencia, creemos que todos pueden hacer esta actividad. La idea es poner en contacto a la mayor cantidad de personas con esta técnica que está casi extinta. Es conectar a la gente con esta faceta súper primitiva y casi genética en la que nosotros, a través de la transmisión oral, podemos hacer cosas complejas con las manos, en este caso, un arco y flechas. Que, además, es un arma arrojadiza, una característica muy particular de nuestra especie también: el ser humano caza a partir de arrojar un proyectil. Entonces, si bien ahora vivimos una coyuntura histórica muy diferente entendemos que nuestra mejor versión es cuando entrenamos estas aptitudes.

-¿Cómo llegaste a este arte tan particular?

-Siempre tuve fascinación por las armas arrojadizas, desde chico armaba arcos con lo que podía y coleccionaba cuchillos… Ya cuando estudiaba me puse en contacto con un estadounidense que le estaba dando un curso a unos colegas míos que replican herramientas primitivas dentro del ámbito de la arqueología experimental. Allí me proponen ver cómo se hace un arco y flecha y me cambió la vida. Y pensé: ¡si la gente disfruta una mínima parte de lo que yo disfruto… es un gol!

Es una experiencia formidable esto de juntarnos con la madera, con la ecología desde una perspectiva totalmente diferente. Me puse a hacer arcos, luego mis colegas me pidieron que les enseñe cómo hacerlos, más adelante comencé a venderlos hasta que comencé a dar los cursos y ahí vi que la gente no quiere solo el producto: quiere la experiencia y la capacidad de hacer sus propias cosas.

-¿Cómo implementas los cursos en Bariloche?

-Existe una modalidad individual intensiva de 3 o 5 días, ideal para aquellos que vienen a Bariloche por poco tiempo. Los cursos grupales los damos en Estancia Peuma Hue.

-¿En qué se diferencia de una escuela de tiro?

– Si bien tenemos instructores de tiro, nosotros no practicamos con la rigidez del entrenamiento olímpico tal como es el deporte de tiro tradicional, sino que enseñamos a la gente a tirar con tiro de cacería, que el disfrute sea ver volar la flecha.

 

 

-¿Cuándo comenzaron con Gondor Bows?

-Hace unos 8 años comencé en Buenos Aires y hace 4 que vine a vivir a Bariloche. Actualmente tengo un socio, Gastón Bávaro, que provee la materia prima, las herramientas y es alguien con quien compartimos muchos gustos en común como el nombre “Gondor Gows” que nació de la ciudad imaginaria de Gondor creada por Tolkien en el libro “El señor de los Anillos”.

-¿Quiénes son tus clientes?

-Son muy variados. Nuestra actividad tiene una fuerte llegada en el ámbito de la salud. Hay gente que viene para reencontrarse consigo mismo, por ejemplo un psicólogo enviaba pacientes que necesitaban trabajar la motricidad fina. Porque esta destreza es biológica, se trata de una de las dos cosas que nos diferencia de otras especies: ninguna otra tiene motricidad fina y la otra es el habla. Esas personas encuentran que, a través de la oralidad y de hacer algo fino con las manos, surge el desbloqueo y el reencuentro con algo muy primitivo que queda expuesto.

Hay gente que se va realmente cambiada, transformada, porque entiende que, con las aptitudes naturales que tiene, puede hacer lo que quiera. Se encuentra enfrentada a la libertad, en un hábitat natural y puede hacer instrumentos tan complejos y precisos como un arco y flechas. También toma conciencia de que necesitan de las demás personas, es decir, que hay una convivencia de tribus incluso en los tiempos modernos. Y hay cierta competitividad: tratar de ser el mejor haciendo un arco o disparando pero entendiendo que no somos nada si no contamos con los compañeros.

Esto es lo que tratamos de transmitir como producto: una experiencia profunda de reencuentro con algo primitivo, donde se forma una dinámica grupal muy intensa.

-¿Cómo funciona la producción de arcos artesanales?

-Los arcos los tenemos con un estándar de calidad, yo los fabrico para quienes quieren tener un buen arco hecho de manera primitiva, en un monoblock de madera y realizado con la misma técnica que hace miles de años que nunca fue superada.

-¿Qué maderas utilizas?

Hay pocas maderas que sirven para esto. Son maderas tope de gama a nivel mundial que crecen en diversas partes del mundo pero son de muy pocas especies. Las que uso son originarias de Estados Unidos, como el naranjo de Ossage que es la mejor madera del mundo. Es fundamental que posea ciertas propiedades técnicas a la compresión y a la tracción.

-¿Por qué elegiste emprender en la Patagonia?

-En Patagonia la actividad se desarrolla con un valor agregado ya que es muy fácil introducir a las personas en un ámbito totalmente ecológico, desurbanizado, desocializado. Acá realmente se puede tener una imagen de cómo es el mundo de una manera primitiva, la analogía es muy fácil de hacer.

En lo personal fue toda una elección de vida. Cuando vivía en Buenos Aires era ingeniero de calidad en una automotriz. Cuando comenté mi proyecto recuerdo que me decían “Vos tenés un nivel de vida que sostener… ¡no podes hacer arquitos!”. Pero yo lo sentía como algo fuerte, que era respetable el invertir mi tiempo y me la jugué.

-¿Qué estrategias implementás para la difusión de los cursos?

-Hoy estamos abriendo mercados en Brasil, Chile y Uruguay, tenemos clientes de Buenos Aires. Nuestra actividad es muy requerida por empresas para realizar team building. En cuanto a los cursos individuales, también trabajamos con la gente de Bariloche. Hasta hace poco tiempo el producto Gondor Bows circulaba casi exclusivamente de boca en boca.

Tenemos redes sociales pero no hacemos una gran difusión pero ya nos contactan agencias de turismo que trabajan con clientes de Europa y Estados Unidos que no pueden creer lo que brinda nuestro producto para un público de alta gama. Por lo general, quienes nos conocen se entusiasman mucho y siempre quieren ayudar para que esto crezca.

-¿Qué proyectás a mediano plazo para tu emprendimiento?

-La verdad que la idea nuestra es ofrecer Patagonia: que vengan a hacer el curso acá desde otros países y vivan la experiencia de vibrar y sentir la naturaleza. Nuestra hipótesis de trabajo es que todos disfrutan esta actividad: no hay nadie a quien le pongas un arco en la mano que no disfrute disparar. O hacer cosas con las manos. Es muy básico, muy animal y eso es lo que tratamos de transmitir.

Descubrí que mi misión en la vida es poner a todos en contacto con esto. Tardé mucho en dar con el producto y dar con alguien que me transmitiera la técnica. Entonces…siempre me acuerdo de eso: de lo desesperado que estaba porque alguien me enseñara a hacer arcos.

 

Para contactar a Gondor Bows:

Av. Exequiel Bustillo 3214, R8400
San Carlos de Bariloche, Río Negro, Argentina

Teléfono +54 9 11 5730 0099
Consultas e Info: info@gondorbows.com.ar

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