5 Pasos Para Deleitar El Paladar por Fontán y Liporace

#Gastronomia

TXT: Cintia Soldatich
PH: Cortesía Bodega Dante Robino & Cacique Inacayal Lake Hotel

El Cacique Inacanayal Lake Hotel de Bariloche tiene una hermosa vista al lago, habitaciones esplendorosas y un chef de lujo Federico Domínguez Fontán, quien invitó a su colega, Dante Liporace  a realizar juntos una cena degustación de cinco pasos,  incluyendo algunos ingredientes locales como la truchas o la liebre y utilizando una técnica mixta de cocina tradicional y molecular. Cada uno de estos platos fue acompañado por un vino cuidadosamente seleccionado de la  Bodega Dante Robino.

El primero de estos pasos fue: “Velouté de escabeche con gravlax de trucha y mollejas”. La salsa velouté de escabeche acompañada por gravlax de trucha, traídas directamente de Esquel,  junto a las mollejas, con un colchón de gírgola cocinada al vacío, y terminado con un huevo frito de codorniz,  una combinación de texturas y sabores armónica y perfecta.  Este primer peldaño fue acompañado por un espumante Extra Brut, 50% Chardonnay y 50% Pinot Noir.

El segundo plato del menú, uno de los famosos de Dante: “Pizza de provolone “  servida en una copa, una manera curiosa de comer la tan popular pizza, para algunos quizás un tanto polémica, pero para los comensales algo novedoso y muy sabroso. La masa en realidad era una espuma de provolone, realizada con técnica molecular. Por supuesto, la selección de vino para acompañarlo fue excelente, un Bonarda 2018 de la bodega.

El tercer paso consistía en un “Tartar de lomo con ensalada líquida de lechuga y polvo de puerros”, otra vez, la cocina molecular sorprendiendo en texturas y sabores, y un tartar muy bien logrado y tierno. Para maridar esta preparación, la bodega eligió el “Gran Dante Malbec” cosecha 2018, de un sabor profundo y complejo con aromas ahumados y especiados.  El Gran Dante Malbec 2007 y Malbec 2006, fueron medalla de oro en uno de los concursos más importantes del hemisferio sur: El Concurso Internacional Vinandino.

Para ir cerrando la cena, el cuarto plato fue “Tortelinis de liebre con brodo de liebre, vino y katsoubushi” , estas últimas, las bailarinas de la noche. Para quienes aún no las han probado “katsoubushi” son pequeñas escamas deshidratas de atún que proporcionan un sabor salado, ahumado y delicioso que al ponerse en contacto con el calor del plato – en este caso, de los Tortelinis – producen movimientos similares a una danza. El vino elegido para este paso fue un Gran Reserva Dante Robino Malbec 2018.

Como broche de oro, quinto paso o mejor llamado: postre, se ofreció una “Espuma de flan con dulce de leche y helado“. Un postre clásico, pero que, presentado en vaso como espuma, provocaba una ligereza extraordinaria para comer más de uno sin empalagarse.

Para cerrar la noche los chefs recibieron un aunado y cálido aplauso y todos muy agradecidos por la experiencia culinaria de saborear tan amplia gama de texturas y deleite de sabores.

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