Hércules Poirot

En silencio, como ajeno a la situación, Poirot espera la oportunidad para formular una observación notable. El detective Hércules Poirot es la más extraordinaria creación de la escritora inglesa Agatha Christie (1890-1976), personaje principal de sus historias en 33 novelas y más de 50 cuentos o relatos breves. Poirot, que responde a una clásica tradición detectivesca británica, sin embargo es belga, gentilicio que se ocupa de aclarar constantemente cuando lo confunden con un francés. Llegó a Londres a causa de la Primera Guerra Mundial (su país estaba ocupado por Alemania), había sido la estrella de la policía de Bruselas y se transformó, de inmediato, en el detective privado más famoso de su tiempo, reconocido en todas las capitales de Europa. “Se trata de un crimen extraordinario. Han pensado en todo”, dice alguien al comentar los pormenores de un asesinato. “Se equivoca mon ami. Se olvidaron de mí, Hércules Poirot”, responde inmediatamente el melifluo investigador que en absoluto es humilde: admite que es genial y se transforma, en ocasiones, en egocéntrico y hasta en un sujeto irritante. “Todos se reservan algo…Eso mismo le pasa a usted. No me lo niegue. Soy Hércules Poirot y lo sé” (Muerte en las nubes). Pero Poirot, analítico y con un poder de deducción notable, es en realidad un tipo extremadamente amable y educado (de hecho mezcla palabras y vocablos franceses como, mademoiselle, mais oui o mon chéri) que se oculta tras esos bigotazos enormes, a los que habitualmente embadurna de fijador y por lo que alguna vez, incluso, hasta lo confundieron con un peluquero jubilado… Es de contextura baja, de cabeza redonda y se viste con elegancia constante: siempre usa traje y es prolijo hasta la exasperación. El desorden lo altera. Debido a su aspecto, la primera impresión suele no ser de las mejores, aunque el propio Poirot se encarga de trasformar el escepticismo inicial en elogios. Como su glorioso antecesor Sherlock Holmes, él también asesora a Scotland Yard (Holmes lo hacía con Lestrade, Poirot con el inspector Japp; el capitán Arthur Hastings podría ser, continuando con la analogía, el Watson de Poirot) y, para su tiempo, es deliberadamente moderno: utiliza la psicología para resolver los casos (es indispensable recordar que la primera de sus novelas fue El misterioso caso de Styles en 1920, tiempos en los que la psicología podría considerarse “una disciplina meramente hipotética”, como ironizara Jorge Luis Borges) y alienta la utilización de las “células grises” al momento de razonar. En este punto, también es ordenado y metódico. Tiene una tranquilidad económica que le permite viajar y estar siempre en el lugar adecuado, lo que al mismo tiempo le otorga la ventaja de elegir sus problemas de acuerdo a la complejidad intelectual que sugieren. Poirot se transformó en uno de los personajes de ficción más famosos del Siglo XX, traducido a casi todos los idiomas posibles. Su escenario era el mundo, generalmente vinculado a la alta sociedad europea, particularmente la aristocracia inglesa, ámbito en que suceden los más increíbles crímenes y se desarrollan hipocresías concretas; su fama, de muchas maneras, superó a la de su autora, lo que es natural. En la última aventura del detective, Curtain: Hercule Poirot s Last Case (traducida literalmente como “Telón: el último caso de Hércules Poirot”), publicada en 1975, un enfermo Poirot, casi anciano, desmejorado, pálido y en silla de ruedas, convoca a su viejo amigo y compañero, el capitán Hastings, a la mansión de la primera novela, Styles. Hay diez personas y un asesino. Hastings debe descubrirlo a partir de las indicaciones de Poirot, que no puede moverse. Luego de la aparición del libro, The New York Times publicó una noticia extraña, acaso la única que se conozca dedicada a un personaje que jamás existió salvo en el universo de la literatura: “Hercule Poirot, the detective, dies”, dijo el 6 de agosto de 1975. Agatha Christie moriría pocos meses más tarde, el 12 de enero de 1976. “El asesino se llevó el arma porque tenía que llevársela, porque no tenía opción” (Muerte en el Nilo). Mais oui, mon ami. –

Cine
Un personaje como Hércules Poirot no podía pasar inadvertido para el cine y la TV. Algunas de las películas que lo tienen como protagonista son The alphabeth murders (1966), Murder on the Orient Express (1974), Thirteen at dinner (1985), Lord Edgware (1985), Dead man´s folly (1986), Murder in three acts (1986), Death on the Nile (1978) o Evil under the son (1982) Algunos de los actores que lo protagonizaron fueron Ian Holm, Tony Randall, Alfred Molina
Peter Ustinov o Albert Finney, estos dos últimos impecables. En la serie de la BBC, “Agatha Christie s Poirot”, que habitualmente emite la señal Film & Arts, el intérprete es el notable actor británico David Suchet.
Libros inevitables
– El misterioso caso de Styles (1920)
– Asesinato en el campo de golf (1923)
– El asesinato de Roger Ackroyd (1926)
– El misterio del tren azul (1928)
– Asesinato en el Orient Express (1934)
– Muerte en las nubes (1935)
– Muerte en el Nilo (1937)
– Los cinco cerditos (1942)
– Tres ratones ciegos (1950)
– Después del funeral (1953)
– Asesinato en la calle Hickory (1955)
– Pudding de Navidad (1960)
– Los relojes (1963)
– Telón: el último caso de Hércules Poirot
(1975).

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