POR NICOLÁS NOCETI
Claves y sugerencias para entender de qué se trata
Se viene la primavera con sus primeros calores y resulta casi inevitable no empezar a pensar en esos vinos blancos para beberlos bien frescos. Entonces -me dije- es un buen momento para escribir sobre blancos, aunque con mucha resistencia interna, ya que quería evitar caer en ese lugar común y tan trillado en los medios especializados. Pero luego de pensarlo y repensarlo, me decidí. Tal vez sea repetitivo en esto de usar esta fórmula, pero tal vez algo más pueda aportar a todo esto. Y si no, por lo menos será divertido.
Es muy difícil no asociar un determinado tipo de vino con una época del año en particular. Y no sólo por el factor climático en sí. Todo está unido o asociado. Las situaciones de consumo no son las mismas en distintas épocas del año, como tampoco las comidas. Esto es algo obvio. ¿Por qué, sino, ese guiso de lentejas aparece sólo en invierno, como tantas otras comidas en extremo calóricas? Esto no quiere decir que en verano hay que dejar los tintos de lado ni que en invierno no podamos poner en la misma mesa también un blanco si un plato lo solicita más que un tinto. Pero no podemos negar que la tendencia crece, como también crece, por ejemplo el consumo de espumantes en las fiestas de fin de año.
El crecimiento que están teniendo los vinos blancos nacionales es enorme en calidad de elaboración y en el desarrollo de variedades hasta el momento desconocidas por nosotros. También en encontrar el mejor terruño para cada variedad. Por ejemplo, actualmente se habla mucho del Chardonnay de Gualtalary, en el Valle de Uco. Ni hablar de nuestro Torrontés en el noroeste, hoy el blanco embajador que, junto con el Malbec, nos representa en el exterior.
Este gran salto cualitativo no guarda relación alguna con el gran consumo que existía hace varias décadas, que sólo tenía que ver con la cantidad, con la sed y con la creciente demanda de estos vinos. A veces, incluso, se llegaba hasta la adulteración de los mismos. Todavía recuerdo, por aquellos años de mi infancia, la infaltable botella de blanco en la mayoría de las mesas domésticas. Hasta el mito del dolor de cabeza ya quedó sin efecto.
Ahora, como todo, esto también tiene su contracara. Parece que la oferta de las bodegas, no sólo en cantidad de etiquetas sino también en variedades de uva, va más rápido que lo que demandan los consumidores, que todavía se sienten mareados por tantas y tan variadas opciones que hay en vinotecas y góndolas. Será cuestión de tiempo. El productor deberá mostrar consistencia en la calidad, cosecha a cosecha, y así, el consumidor se irá animando a descubrir un nuevo mundo que se le está abriendo: el de los blancos con tipicidad y calidad.
Los recomendados
Aquí van algunos de los vinos blancos que probé en este último tiempo. Los dos primeros los probamos en una degustación que organizamos con mis amigos de Alma Vinoteca de El Bolsón, junto con bodega La Rural. De los seis vinos degustados (un espumante, dos blancos, dos tintos y un tinto encabezado), la mayoría elegimos los blancos. El tercero, ya un clásico entre los Sauvignon Blanc, que año a año sigue mostrando su gran tipicidad y consistencia. Y, por último, no podría faltar un Torrontés. A pesar de que lo he probado y lo vengo siguiendo hace años, no deja de sorprenderme.
– Rutini Chardonnay 2009 (Bodega La Rural). Gran exponente de una de las variedades blancas más difundidas a nivel mundial. Producido con uvas provenientes del Alto Valle de Tupungato. Blanco elegante y complejo, sin perder la expresión frutal y la frescura. Con un presente paso por boca y un largo final.
– Trumpeter Reserve Pinot Grigio 2009 (Bodega La Rural). Variedad por excelencia del noreste de Italia. Este vino ha sido producido con uvas provenientes de La Consulta. Blanco muy fresco y frutado. En boca es franco y armonioso.
– Tapiz Sauvignon Blanc 2010 (Bodega Tapiz). Hace ya varios años que esta bodega de Agrelo viene produciendo este blanco aromático, con una calidad constante. Hecho con uvas de viñedos de Agrelo y Valle de Uco. De carácter joven y fresco. Posee gran tipicidad varietal, donde predominan los aromas cítricos.
– José Luis Mounier Torrontés 2010. Finca Las Nubes. Este vino proviene de viñedos ubicados a más de 1800 metros de altura, en Cafayate. Producido por el enólogo referente de esta región, con uvas 100% torrontés. Este blanco emblemático nacional posee gran carga aromática en la que se destacan los aromas florales y frutales. De marcada acidez y estructura en su paso por boca. –
TIPS
COMO SERVIR LA COPA
– Temperatura de consumo. El rango ideal de temperaturas para servir un vino boanco va de los 6 ° a los 10 °C. Cuanto más jóvenes, más frescos debemos servirlos. En cambio, aquellos con crianza parcial o total en barricas se pueden beber entre los 8 ° y 10 °, donde la complejidad aromática sea mayor y, si los servimos muy fríos, no podremos percibir con facilidad la riqueza aromática que nos ofrecen.
– ¿Hasta dónde servir? En el caso de los tinto serviremos hasta 1/3 de la copa, lo que conocemos como “el Ecuador”. Pero en el caso de los blancos tenemos que servir por lo menos un dedo menos para conservar su temperatura.
– Las copas. Son más pequeñas para esta clase de vinos que las que usamos para los tintos (para evitar que la temperatura del vino suba).