Las conjugaciones de la energía: el entrenamiento y la creación

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FOTOS ALEX ZIMMERMANN
TEXTO ÁNGELES SMART

Paula Tabachnik parecería compartir la visión de aquellos pensadores que sostienen que el arte parte del mundo pero lo modifica, lo reconfigura a través de la fantasía, según posibilidades y necesidades verdaderas, inmanentes y comprometidas con el aquí y ahora histórico-social.

Concentrados y focalizados. Exigidos, transpirados y agotados, pero también con ese aire de satisfacción que transmite todo esfuerzo transitado y por fin concluido. Así vemos a los alumnos que salen de a poco de una de las clases de Actuación III de Paula Tabachnik en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Tomando agua, recogiendo los bolsos siempre llenos de cosas absolutamente increíbles y a veces enojados porque no pudieron compenetrarse a tiempo, ya todos saben que el asunto viene en serio. Pero pocos están al tanto de los detalles del propio recorrido de esta profesora que tiene, parecería, la misma cantidad de energía que de endemoniada firmeza. Y sólo algunos saben de lo mucho que ella misma trabajó desde que bailaba en el grupo folklórico en el Israel de su última infancia, en el cual vivió cinco años, con su familia; o que nuevamente de vuelta en Concordia (Entre Ríos), en plena adolescencia, la invitación a participar del Taller de Teatro de la Municipalidad le significó no sólo la posibilidad de continuar con la danza y comenzar con el teatro, sino principalmente la oportunidad de encontrar un espacio de hospitalidad e inserción. Con agradecimiento cuenta: Carlos Miggoni fue mi primer maestro de teatro, allá en Concordia. Me sumó a su proyecto del Grupo “Mente” y participé de la obra “El loco rock” en el rol de la locura y me incluía desde la danza y la actuación. Carlitos me alentó a salir de Concordia y a estudiar en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático (hoy IUNA)”.

Si bien al cabo de unos años se recibió de Licenciada en Actuación, en el medio hizo y trabajó de muchas cosas. Viajó por Latinoamérica, fue tripulante en un velero por el Mar Caribe y trabajó de asistente como parte de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde su punto de inflexión fue la colaboración en el espectáculo de Bob Wilson en 1998, en el cual conoció a Kameron Stelle. “Kameron nos cuenta- me habló del método que desarrollaba Tadashi Suzuki en Japón y me enseñó algunos ejercicios básicos. Me sugirió tomar un seminario con la Siti Company de Anne Bogart quién había conformado la compañía junto al propio Tadashi Suzuki en Nueva York. Junté nuevamente plata en el barco y de ahí me fui seis meses para allá. A principios del 2001 volví a Argentina y retomé con el Conservatorio donde encontré al profesor y director teatral Julian Howard, quién me marcó como actriz en 4º año de la carrera, ahí me empecé a sentir más fuerte en lo mío”.

Después de varios años trabajando como actriz y finalmente como directora en Buenos Aires, en el 2010 se instaló con su marido, el músico Cristian Busamia, e hijos en Bariloche y comenzó a dar clases en la UNRN en donde hoy, después de tres viajes a Japón, está involucrando el método Suzuki. En Japón, Suzuki trabaja con una compañía de profesionales y, como parte de su propuesta, también con los alumnos de la escuela media. En Corea, Taiwán, China, Rusia y Estados Unidos ya es un referente muy importante de la escena contemporánea. Su primera aparición en el mundo del teatro fue con la obra de Eurípides, Las Troyanas, y su método aspira a devolverle al teatro el lugar que durante siglos tuvo en la vida y en la sociedad, promoviendo una elevación desde lo cotidiano. Paula conoció y sigue profundizando en el método de primera mano: “A Mr. Suzuki lo atravesó la experiencia de la bomba atómica. Hoy en sus obras a veces conviven siete idiomas simultáneamente. Buscando trascender la comunicación meramente verbal, la pregunta que lo persigue es ¿por qué seguimos en guerra si la comunicación es posible? Su propuesta incluye la filosofía y técnica que se combinan en el método de entrenamiento actoral Suzuki. El nivel de exigencia hacia sus profesionales es muy pero muy estricto”.

La compañía International Suzuki Company of Toga (ISCOT) de Suzuki a la cual Tabachnik se sumó este febrero y agosto participando en el espectáculo El arquitecto y el emperador de Assyria, de Fernando Arrabal, está instalada en la aldea teatral Togamura, alejada de las grandes ciudades capitalistas y rodeada de naturaleza. Este pequeño poblado, apartado y periférico, en el que se presentan sus obras y festivales recibe, cada año, artistas de todo el mundo que viven comprometidos con un alto nivel performativo y profesional. En este sentido, Paula parecería encontrar una relación con nuestra ciudad, que si bien en muchos sentidos sigue alejada de los grandes centros de creación y distribución cultural, presenta características que potencian y enriquecen la actividad artística: “Bariloche es un lugar muy especial para desarrollar el arte teatral, tenemos paisajes envidiables y la naturaleza en todo su esplendor, al mismo tiempo el turismo nos posibilita el intercambio cultural cotidianamente, enriqueciendo la energía de la ciudad, cruzada siempre por ideologías de lo más diversas”.

Ella percibe su labor creativa y docente como una manera de seguir pensando el teatro como algo necesario para mantenernos con los pies sobre la tierra, como una manera de sostener un espacio y un tiempo que nos confronte con la realidad social, económica y política en la cual estamos insertos. Su propuesta apunta a “conjugar un método fuerte, sólido, concreto, con particularidades del teatro de oriente, que pueda generar un impacto en el actor y al mismo tiempo se vea atravesado por la realidad cultural de lo barilochense”. Pero no para quedarnos en esta realidad tal cual existe y así reproducirla en sus configuraciones actuales. Tampoco para evadirnos a una dimensión inexistente y producto de una imaginación irresponsable. Aquí, Paula Tabachnik, parecería compartir la visión de aquellos pensadores que sostienen que el arte parte del mundo pero lo modifica, lo reconfigura –a través de la fantasía- según posibilidades y necesidades verdaderas, inmanentes y comprometidas con el aquí y ahora histórico-social.

Y en esto están sus alumnos de Actuación, peregrinando los altos y bajos de una experiencia ardua pero liberadora. Concentrados y focalizados. Exigidos, transpirados y agotados. Pero también con ese aire de satisfacción que transmite todo esfuerzo transitado y por fin concluido.

PAULA TABACHNIK
CONCORDIA, ENTRE RÍOS, OCTUBRE DE 1973.

2003. Actriz Nacional (Escuela Nacional de Arte Dramático).
2011. Licenciada en Actuación (IUNA).
2001. El jardín del infierno (actriz, asistente de dirección. Dirección: Carlos Miggoni).
2003. Mil cuentos para una noche (actriz. Dirección: Javier Rama y Martin Salazar).
2004/5. Yo te amaré (actriz. Dirección: Eduardo Gondell, Javier Rama).
2005/6. El Array (actriz. Dirección: Alejandro Polledo).
2007/9. Prometeo. Hasta el Cuello (actriz. Integrante de Muererio Teatro. Director: Diego Starosta).
2009/10. Juana H de Arco Azurduy de la Cruz (idea, dirección).
2009/ 10. El confín (productora).
2011/14. Mastica, saborea, traga: común silencio (dirección).
2012. Así vienen los barcos, así los cardos rusos (actriz, asistente de dirección. Dirección: Hugo Aristimuño).
2012/13. Circular en Sepia (docente/ dirección).
2013/14. Bodas de Sangre (docente/ dirección).
2014. El arquitecto y el emperador de Assyria (actriz, producción. Dirección: Mattia Sebastiano. Dirección artística: Tadashi Suzuki).
2014. La excepción y la regla (docente /dirección).

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