Observación de aves: conocer para conectar con nuestro entorno

#Actividades

Naturaleza Sur es el proyecto de Facundo Vital, guía de observación de aves del Parque Nacional Nahuel Huapi, fotógrafo de naturaleza y licenciado en Educación Física. A través de sus redes sociales, hace divulgación para la conservación de especies amenazadas como el pato de los torrentes, el carpintero gigante y el cóndor andino. Te invitamos a descubrir su mirada sobre esta actividad.

Texto: María Eugenia De Cicco
Fotos de Facundo Vital
 

“La frase ‛no se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama’ es una buena guía en lo que busco al publicar fotos, acompañadas de información y en motivaciones para sumarme a los proyectos de conservación en los que participo”, explica Facundo Vital acerca de su “misión” a través de Naturaleza Sur, la cuenta que abrió en Instagram en 2016.  En esta plataforma –también en otras- publica las fotos que hace de distintas especies de flora y fauna de la región, especialmente de aves. Cada una de las imágenes va acompañada por una descripción del ave, sus hábitos, sus características y particularidades. Facundo también participa como colaborador en distintos proyectos de estudio y conservación de especies en el Parque Nacional Nahuel Huapi que lo ha llevado a interiorizarse en distintas especies.

“Observar aves nos permite volver a relacionarnos con lo natural del lugar. Entender que somos una especie más del bosque, la montaña, la estepa. Nos invitan a frenar, a mimetizarnos con el entorno, a quedarnos quietos, en silencio, a volver a las bases, a reflexionar de lo efímero de la vida, a sorprendernos y emocionarnos”, asegura.

Carpintero gigante macho (izq) y su cría hembra en el Cerro Otto (foto de Facundo Vital/Naturaleza Sur).

 

-¿Cuándo te acercaste a la observación de aves?

-En 2010, hice un curso de observación de aves con los profesores Silvana Alsogaray y José Jiménez. Siempre me gustó salir a la montaña y de aves no sabía nada, así que lo sumé como una herramienta más para disfrute personal. Luego, me acerqué a la conservación de especies cuando comencé a ayudar a un amigo biólogo en una campaña de campo sobre el pato de los torrentes. Es una especie muy representativa de ríos limpios de Cordillera. Yo lo acompañaba a hacer el monitoreo de una pareja de patos a Casada Ñivinco que todos los años tenía pichones. Pero, con el acceso desbordado de gente en verano, esa pareja desapareció, y ya hace años que no se ve la especie en ese lugar. Entonces, si hay o no patos del torrente en un río es un indicador de distintas cosas: presencia de depredadores (especialmente el Visón Americano, especie exótica), visitantes fuera de senda, contaminación del agua o baja del caudal del río. Una sola especie te da un espectro muy amplio de lo que está pasando en un lugar.

-¿Por qué sentís que es importante hacer divulgación para la conservación?

-Hago divulgación para que cada uno aporte su granito de arena. Creo que una persona menos haciendo un fogón donde no debe, está colaborando. Una persona que no lleva su mascota a donde no corresponde, está colaborando. Tenemos que empezar por casa, por las pequeñas cosas. Dejemos de destruir el bosque al carpintero, dejemos de contaminar el río al pato de los torrentes o al huillín.

Águila mora en pleno vuelo aguila mora (foto de Facundo Vital/Naturaleza Sur).

 

-En @naturalezasur hay muchas imágenes de cóndores, ¿qué te genera esta especie en particular?

-La sensación que me produce ver cóndores es muy difícil de describir. Me puedo sentar todo el día debajo de un árbol donde hay un carpintero y lo voy a recontra disfrutar, pero no llega a ponerme la piel de gallina como cuando pasan los cóndores al lado mío. Durante la pandemia, empecé a dedicarme a los cóndores. En una semana subía cinco veces a la montaña. Me pasaba todo el día arriba, cuando bajaba, veía que los cóndores subían y decía “mañana quiero volver”. Al día siguiente, subía a la montaña, pero no veía cóndores, y volvía a mi casa preguntándome, ¿por qué ese día no y el día anterior sí? Y así es como uno empieza con las hipótesis, a preguntarse y a confirmar o refutar qué es lo que está pasando. Y así empezás a aprender.

-¿Cuánto de “paciencia” tiene la observación de estas aves?

-Muchísimo. Por ejemplo, cuando uno va a ver cóndores, es pararse en un lugar y esperar. Y esa espera a veces trae sorpresas. Y la realidad es que cuando uno se queda quieto un rato, las cosas pasan naturalmente. Y eso es espectacular. Hay dos formas de observar o de fotografiar aves. Podríamos separarlas en dos: esperar o caminar. Las cosas pasan cuando uno espera. Me ha pasado de estar esperando cóndores y que venga un Gaucho Serrano con una lagartija en el pico y que la empiece a golpear contra una piedra al lado mío. Estaba esperando que por el precipicio pasen los cóndores y al lado mío está sucediendo otra cosa espectacular. Es decir, son situaciones que pasan a tu alrededor y que si estás caminando no te das cuenta, te las perdés o ves otras. Ese rato de “paciencia”, es disfrutar del lugar, del momento, relajar, reflexionar. A veces pasan cosas que no las podés filmar ni fotografiar, pero las podés contar y te quedan para vos.

Picaflor andino macho (foto de Facundo Vital/Naturaleza Sur).

 

-¿Qué consejos le darías a quien se inicia en la observación y fotografía de aves?

– Que es un camino de ida. Con muchísimas satisfacciones, que se animen porque es una actividad muy placentera, pero al tratar con otros seres vivos, también conlleva una ética y responsabilidad muy grande. La observación y la fotografía se complementan. En general se podría decir que la observación es menos invasiva debido a que se realiza desde distancias mucho mayores. Pero es super importante para acostumbrarnos a quedarnos quietos, a observar conductas, a poder predecir movimientos, a demostrarle al ave que no somos un peligro para ella y que puede continuar con su rutina sin ponerse nerviosa. En cuanto a la fotografía, el primer consejo es que la comodidad del ave vale mas que cualquier foto o video. Una vez que comprendemos eso, vamos a poder capturar al ave de forma realmente natural y no nerviosa por nuestra presencia. Cuando somos respetuosos ellas se acercan a nosotros o nos permiten acercarnos sin mayores problemas. Si no se sienten a gusto lo hacen saber: se alejan caminando, corriendo, nadando, volando. A veces vocalizan, a veces realizan gestos específicos de la especie. Es muy importante aprender sobre ello para no estresarlas. Si tenemos la fortuna de observarlas de cerca, disfrutalo mucho porque la sensación es increíble.

-¿Qué proyección tenés para este proyecto?

-Me gustaría fortalecer la parte de divulgación, tratar de que más personas conozcan a las aves en particular, tratar de generar conciencia para su observación y conservación, eso me parece súper importante. Ojalá más gente se sume a la divulgación consciente, que es, por ejemplo, no divulgar el lugar exacto de especies amenazadas, nidos, etc., o hacerlo de otra manera. A mí la actividad me encanta, me parece que hay que divulgarla, pero siempre con responsabilidad ¿Hasta dónde vamos a meternos o intervenir? ¿Cómo hacemos para educar en la observación de aves o en fotografía de aves sin modificar su conducta? Si uno logra la foto de un ave en su conducta natural, significa que no le estás molestando.

-¿Dónde encontrás la satisfacción en la divulgación?

-En el feedback de la gente. Los mensajes de agradecimiento por la información, las preguntas que me hacen y cuando me cuentan sus propias experiencias. También cuando algún biólogo me pide material para estudios o exposiciones.

Naturaleza Sur

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